miércoles, 20 de junio de 2007

Ecologismo y feminismo.


“El feminismo es antiecologista”. ¿Por qué? Bueno, es muy sencillo de explicar: Las feministas queman sujetadores, muchos de los cuales contienen fibras sintéticas y materiales que al arder contaminan nuestra atmósfera emitiendo gases nocivos como el CO2, etc. Estos gases atacan la ozonosfera, permitiendo la incidencia perjudicial de los rayos del sol, lo que convierte a los casquetes (polares o no) en algo desagradable.

Conclusión: Mujer, no seas feminista, por ecología.


domingo, 17 de junio de 2007

Sobre el trabajo y el racismo

Queridos y queridas lectores y lectoras de este blog:

Sé que sois muchos y muchas los y las trabajadores y trabajadoras preocupados y preocupadas por el problema del empleo en nuestro país.

A los y las empresarios y empresarias ya no les basta con explotar a los y a las obreros y obreras españoles y españolas, sino que ahora, una vez esquilmada la dignidad de los y las que la tenían, deciden contratar inmigrantes e inmigrantas extranjeros y extranjeras, para realizar las tareas que los y las empresarios y empresarias dicen que no queremos hacer los y las trabajadores y trabajadoras españoles y españolas. Muy bonito. Los y las españoles y españolas no somos tontos ni tontas. Lo que no queremos hacer es trabajar en las condiciones laborales del tercer mundo ni con un sueldo del tercer mundo.

Los y las pobres inmigrantes e inmigrantas vienen atraídos y atraídas por el brillo de unos sueldos que en sus países de origen les permitirían llevar una vida con todos los lujos, pero para vivir aquí ese sueldo no les alcanza ni para salir de la marginalidad. Como además envían parte de su salario a sus familiares en sus países de origen, tienen que sobrevivir con lo poco que les queda de un sueldo miserable. En consecuencia no pueden integrarse nunca, ni deberían exigir que aceptemos por buenas sus costumbres nacidas de las condiciones de vida de un sistema subdesarrollado (el de sus países de origen, el tercer mundo). No es de extrañar que la ley de la selva les ayude a "salir adelante", pero con alguna limitación. Parece que les cuesta dejar de hacer lo poco que saben: hurtos, violaciones, butrones, trileros, cortarse el pelo y cocinar en los parques públicos, piratería, narcotráfico, contrabando, terrorismo, escupir en el autobús, etc.. Aceptar por buenas sus costumbres nacidas de la miseria y que chirrían al encontrarse un entorno que les es extraño por avanzado supondría dar un frenazo en el desarrollo social de Europa.

Si no se les quiere no es más que por conformarse con vivir en condiciones infrahumanas y todo lo que ello acarrea, lo cual en España no se lleva. Sin embargo los y las inmigrantes e inmigrantas que se esfuerzan por integrarse pueden vivir muy cómodos y cómodas en España. Basta pasar por cualquier club de alterne para comprobar lo poco racistas que somos. Yo el primero.