miércoles, 25 de marzo de 2009

El pez robot y el rey moro


Unos científicos británicos han desarrollado un «pez robot», de los cuales soltarán unos pocos por las aguas de Gijón, para, siempre según ellos, detectar posibles contaminantes u otras anomalías.
Parece ser que tras verlos por la tele, el rey de Arabia quiere uno para su piscina y ya ha hecho el encargo. Quiere que sus escamas no sean de abalorio sino de cristales de Swarovski. Cada una llevará un versículo del corán grabado en la cara interior, para no afear.
Si ya le decían al inventor de pequeño que haría algo grande. La moda del pez robot carpa-foca con escamas de cristal caro, que da contento al rey moro.

¡Que dure!



domingo, 22 de marzo de 2009

Agua a secas, Sidra vasca, Impuesto de mujer boba

Hoy tuvimos varias noticias destacables que vale la pena analizar.

La primera, que fue el «día mundial del agua». Se celebró por todo lo alto en todo el mundo, como viene siendo habitual, con tambores y fanfarrias. Y como también viene siendo habitual, unas imágenes de África para recordarnos que por culpa nuestra, de los que estábamos viendo la tele en ese momento y de nuestros antepasados y amigos, los africanos no tienen agua como nosotros. Espero que para próximos «días mundiales» de cualquier otra cosa nos pongan un teléfono de esos para enviar un sms y salvar a un negrito.

También fue noticia, cómo no, el tinglado que se tienen montado los vascos con su sidra. Vamos a ver. No es obligatorio hablar todos los días de ellos, nos produce empacho. Hemos nacido, crecido y moriremos sabiendo que la Eta es lo más famoso de Vascongadas, y es suficiente como para no querer saber más. Y si no hay atentados, no nos cuenten su vida porque no nos interesa.
¿Acaso tenemos que tragar obligatoriamente con una cuota vasca de telebasura? Pienso que el darles minutos para «engancharnos» con su alcohólica subcultura y tradición obedece a la famosa estrategia de los años 80 para tenerles distraídos y «mansos» embobándoles con «tele» o fútbol.

Por último, comentaré la noticia más esperada por todos. El gobierno piensa preparar un impuesto similar al de las bebidas alcohólicas y el tabaco, para las españolas que se casen con musulmanes. Se pretende con ello sufragar parte de los gastos que estos «matrimonios» ocasionan al estado. Debido a la costumbre de ellos de secuestrar a sus hijas y llevarlas al país de sus antepasados para venderlas o apañarles una boda de esas de las suyas y sacar un dinero, hay que aumentar la plantilla de nuestros cuerpos diplomáticos, y eso lo tendrán que pagar ellas, por aventureras.

Mujer, no te cases con un moro, a no ser que quieras escribir un libro tipo «No sin mi hija» o «Las otras 16 mujeres de mi marido musulmán me lapidaron y quedé así»

Les deseo todo lo malo del «efecto 2000».

jueves, 19 de marzo de 2009

El «mierda» de los petarditos

Así llamaban unos amigos míos a un conocido suyo cuando éramos pequeños.

A los niños les gustan los petardos porque molestan a los adultos, es decir, a la gente con sentido común. Es comprensible que en su molesto papel vital, los niños jueguen con petarditos. Pero ojo, que a quien abuse de ellos molestando a los demás niños (que son sus propios jueces con sus propias leyes) le puede caer un mote así para toda la vida. ¡Ya tienes que ser molesto como para que un niño piense que molestas! Pues los petardos tienen estas cosas.

Ahora que salen tanto por la tele las populares «fallas» de Valencia, vemos cómo los petardos igualan coeficientes. Niños y mayores comparten una misma ilusión. La ilusión de molestar, de romper tímpanos, de chamuscar epidermis u otras cosas...

Viendo (por la tele) comportamientos como encerrarse en esos cercados que montan para tirarse petardos de los que sólo meten ruido, me pregunto: ¿Son normales? ¿Saben que todos llevan dentro un «mierda» de los petarditos?

Que se callen ya, y que nos dejen dormir en paz. O mejor, métanse los petarditos por el culo y denles candela.

domingo, 8 de marzo de 2009

Fútbol para toda la familia


Próximamente se celebrará la final de la «copa del Rey» de fútbol. Es una competición muy diferente a la liga, pues no siempre gana el equipo con más presupuesto o con más ayudas arbitrales, sino el que haya tenido más suerte en los enfrentamientos directos. Así no es difícil ver ganar el torneo a equipos mediocres y que no le interesan a nadie.

Pero al margen de esta consideración tan personal, la final de copa es un partido ideal para ver en casa disfrutando de la televisión en familia. Este año la disputan el Bilbao y el Barcelona, es decir «la Eta» contra «el Eto'o», y creemos que es una magnífica ocasión para, reunidos al calor de la tele, recuperar los tradicionales chistes de catalanes y vascos durante el partido, para que los niños conozcan mejor a nuestros estigmáticos vecinos.