En el último tercio del siglo XVIII, a instancias del rey Carlos III se inició un proceso de repoblación de la Sierra Morena. La Ilustración de la época pretendió con esta medida combatir la inseguridad de aquella zona estratégica de tránsito hacia la meseta, plagada de bandoleros y salteadores de caminos. Para ello se encomendó a Pablo de Olavide la difícil tarea de organizar una «sociedad modelo» sostenible en el medio rural español de la época.
Para la repoblación se necesitaban personas; y aquí apareció la figura de Juan Gaspar de Thürriegel, un aventurero nacido en la región de Baviera que introdujo más de 6.000 colonos «a la carta» [religión católica, núcleos familiares, personas útiles para el trabajo y con oficio]. Se conformó para ellos un reparto de bienes y tierras, dotando a cada familia de una vivienda, aperos de labranza, y una modesta pero diversificada cabaña ganadera para comenzar. Pero también se intervino a modo de paternalismo ilustrado en la organización socio-económica de las nuevas poblaciones, regidas por fueros especiales, regulando la obligatoriedad de la enseñanza, las distancias entre poblaciones, etc.
El trazado urbano se diseñó a la medida del ciudadano, buscando la comodidad y funcionalidad. En La Carolina [capital de la comarca] las calles se estructuraron en cuadrículas partiendo de ejes transversales que proporcionan amplitud a un conjunto urbanístico cuyo aspecto se ha denominado de tablero de ajedrez.
Calles de La Carolina
Enlaces relacionados:
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Pablo de Olavide [Biografía]
La colonización de Sierra Morena [Texto de Carlos Sánchez-Batalla Martínez]
Juan Gaspar de Thürriegel [Biografía]
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