martes, 29 de mayo de 2007

Sobre el feminismo.


Querida amiga:

Hace poco que nos vimos, pero desde aquel día en el que tantas cosas nos dijimos no deja de rondarme por la cabeza una preocupación. Sé que no fue aquel nuestro mejor día, aunque nos sirvió para conocernos un poco más y sólo por eso mereció la pena pasar juntos aquella tarde. Mi concepto de tí mejoró tras nuestra conversación.

Pero cuando llegó la hora de dormir me asaltó un recuerdo. En plena discusión recibí un golpe bajo cuando me llamaste “machista” para insultarme. No me pareció nada bien, no sólo por mí, sino por el hecho de que utilices un rasgo del carácter de una persona para insultarla o menospreciarla. Es lo mismo que si tienes un amigo negrito y un día te enfadas con él y le llamas “negro”, sin necesidad de añadir nada más que un tono despectivo. Igualmente podrías insultar a un amigo homosexual, o vasco, o gordo, o zurdo, etc. mencionando despectivamente su condición.

No me gusta esa actitud en nadie, tampoco te lo tomes como algo personal.

Cuídate y hasta pronto.



A un amigo blogero (que tiene un blog)


Hola.

Visité recientemente tu blog. Me encanta. Lo tengo en mis favoritos, y es que desde que pincho el enlace hasta que aparece la página me da tiempo a hacer más cosas que en los intermedios de las películas. Exageraría si dijera que mientras carga tu blog me da tiempo a poner la lavadora o a recoger la mesa, porque no tengo ese don, privilegio del bello sexo, pero no exagero nada si te digo que me da tiempo a aparcarle el coche en su garaje a la vecina (nos turnamos entre los varones del edificio en esa labor para no tener que dar partes al seguro ni cambiar columnas).

Sobre el fenomenal enlace (no te sientas mal a pesar de que esté roto, no es culpa tuya) a un video en Youtube de la película “Paris, Je t’aime”, no te preocupes por no haberla encontrado con subtítulos en castellano (en mi círculo preferimos decir Español), aunque sí en inglés y en portugués, pues ambos son idiomas oficiales de la Península Ibérica. Si has viajado poco, y perdona mi “pedancia”, pero doy charlas en el extranjero, quizá no sepas que en Galicia se habla el portugués (aunque allí lo llaman galego), y como es idioma oficial al ser una comunidad autónoma de 1ª (de las que llaman Históricas) y puntúa en las oposiciones, estamos obligados a conocerlo por nuestro bien si queremos trabajar allí. Por la misma razón quizá olvidases que el inglés se habla en ese territorio andaluz llamado Gibraltar, gracias a los Borbones, además de en muchos bares de Mallorca, Benidorm, Costa del Sol, etc. en los que no entienden otra lengua. ¡Tantas vidas sacrificadas por nuestros antepasados en tierras lejanas enseñando el idioma y la verdadera religión a cambio tan sólo de una sonrisa!

No sé por qué te cuento esto. Bueno, por dar un toque cultural a tu blog, supongo. Como te dije anteriormente, he dado charlas en el extranjero y mi vocación humanista me obliga a contribuir con mis opiniones a ayudar a los demás.


miércoles, 16 de mayo de 2007

Obras faraónicas

Querido amigo.

Recibí tu carta, en la que me cuentas tus viajes. ¡Qué envidia!
Mientras leía tus impresiones ansiaba visitar aquellos lugares que describías, y me venían a la mente recuerdos de los lugares en los que ya había estado, como Sanabria, El Escorial, o Ávila.
Cuando estuve en Sanabria me alojé en un precioso hotel rural en el pueblo de Trefacio. Es un lugar especial, que me dejó la sensación de que tengo que volver.
El Escorial lo visité 2 veces, una de pequeño con mis padres y otra de mayor con una señora. También estuve en El Valle, y es verdad que los regímenes fascistas han construido obras faraónicas con intención de perdurar. Aquí en Gijón tenemos un ejemplo con la Universidad Laboral. Se trata del edificio más grande de España, que en su día iba a albergar un horfanato minero y acabó siendo una universidad en la que estudiaban, comían y se alojaban aquellos que no tenían dinero para pagarse los estudios. Esto parece que está olvidado, pero hubo una época no muy lejana en la que el gobierno buscaba el bienestar para el obrero con hechos (no con demagogia), y además no había vacas locas ni sida ni atascos, la gente se podía comprar una casa y tener varios hijos, y éramos todos mucho más jóvenes que ahora.

Con la caída del régimen llegó la revancha. Los comportamientos de los nuevos guías conducían a pensar que todo lo hecho en los 40 años anteriores era malo y llevaron a este edificio al abandono y casi la ruina.
Ahora se vuelve a inaugurar, sin el yugo y las flechas en la fachada, y me temo que no faltará una placa atribuyéndose el mérito a ellos mismos (los demócratas que han conseguido que nadie no rico pueda comprarse una vivienda en España), como haría el famoso personaje de Orwell. Me pregunto qué habría pasado si se hubiese derrumbado por ruina. Supongo que habrían dicho que era un edificio obsoleto, afuncional y mal hecho como todo lo que se hizo entre el 36 y el 75, y además símbolo de la represión y la injusticia.
Los nuevos gestores de La Universidad Laboral de Gijón parece que buscan convertirla en un santuario para el pisoteo de modernos que peregrinan con sus ideas a cualquier lugar que exponga obras de “vale todo”, incomprensibles hasta para su autor.
Sinceramente, me quedo con el espíritu con el que se fundó.

Y ahora te contaré que estoy trabajando muy ilusionado con mi socia Isabel, hemos hecho un pequeño estudio de diseño y agencia de publicidad, y nos llamamos... Ya te lo contaré cuando te vea, ¿ok?

Un abrazo a todos!