Alakrana + Josu Ternera

En estos días se habla de los piratas negros del culo del mundo. No los que apestan por aquí vendiendo cedés, sino los que manejando metralletas y «kalakas» se suben en barcos que no son suyos a «dar por culo».

Una de sus últimas fechorías ha sido colonizar un barco español lleno de gallegos y vascos con problemas. Ahora sus familiares se concentran en Bermeo para «no se qué». Y no sé qué coño quieren porque todas las manifestaciones y concentraciones de Vascongadas son de lo mismo desde hace lustros. Es decir, que cuando se juntan varios vascos en la calle para decir algo suele ser para gritar a coro «Los asesinos llevan lazo azul», «Aldaya, paga y calla», «Gora ETA», «ETA mátalos», «Presoak kalera», etc.

Pero esta vez no. No es para rebuznar y alegrarse de que nos peguen tiros en la nuca, sino para que los españoles les saquemos (como siempre) sus castañas del fuego.

Si vamos a poner al ejército a hacer de niñera al servicio de empresarios apocados, me la envaino. Pero si las fuerzas armadas nos dan cobertura, yo como autónomo también quiero una fragata o su equivalente en tierra que persiga a mis clientes cuando se retrasen en los pagos. Y ya por pedir, que me defienda de la Guardia Civil, que me acosa con sus putos radares. Eso también es piratería.

Así, por dar mi humilde opinión y ya que los vascos de secuestros entienden un rato largo, recomendaría que ejerciera de negociador Josu Ternera por su doble condición de terrorista y exmiembro de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco. O que se ofrezca como moneda de cambio junto con su familia para que los piratas negros les enseñen lo que vale un peine sin la «i». De esta manera podría cerrar muchas bocas. Aunque lo suyo sea incurable, les perderíamos un poco de asco.