miércoles, 7 de octubre de 2009

Las putas brasileñas se llevan la subasta olímpica

Las pasadas semanas asistimos a la subasta de las olimpiadas del año 2016, que aún no se habían adjudicado.
Como sabemos, esta franquicia en alquiler cambia de arrendatario cada 4 años, y son diversos los fines que motivan a los pujadores: lavar la cara de una dictadura comunista, robar fondos, colocar a parientes, follar un poco con extranjeras y personas de otras razas extrañas, pasar a la historia, etc..

En esta ocasión los pesetos madrileños no iban de farol, querían hacer negocio como ellos saben, y deseaban dar la bienvenida a su «Mister Marshall» particular.
Pensaba prejubilarme este año, pero si nos dan las olimpiadas me prejubilaré en el 2016 —decían a nuestras cámaras varios miembros de ese colectivo.

Pero nuestros amigos no contaban con que las putas de Brasil también querían hacer negocio y pujaron fuerte para llevarse la franquicia a su país natal. No sabemos qué les ofrecieron a los señores del COI, que son los amos del asunto. «No lo vamos a contar porque somos muy caballeros y por respeto a nuestras señoras y a nuestros hijos» dijo el coro de granujas al ser interpelado.

Paraleerenfamilia siempre busca el lado positivo de las cosas, y en esta ocasión queremos alegrarnos de que las olimpiadas se celebren en Río de Janeiro porque al menos durante esos días, las calles de Barcelona estarán más tranquilas y no veremos imágenes como ésta:



A ver si tenemos suerte, hacen la maleta y se vuelven a su país.
¡Ánimo! Vuestra tierra os abre los brazos. Iros allí a abrir las piernas y dejadnos en paz.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Joer tío, y nosotros, ¿como nos apañamos a partir de ahora?

Está bien eso de ligar por el internedo, pero a veces el dinero y la negrura lo arreglan todo. Rápido y limpio, y casi nunca llaman al día siguiente.

Nacho dijo...

Querido anónimo. No sé quién eres. Quizá seas un putero consumidor de material carioca, pero no rotuladores, sino "ganado".
No te pongas triste si las putas extranjeras se van. Con las españolas podemos estar servidos si se ponen a trabajar. Aunque la tradicional «puta española» ha caído en desuso tras haberse acomodado a que las foráneas les hicieran su trabajo.

Anónimo dijo...

Querido Nacho, mi profesión no me permite salir del anonimato. Pero si algún día hablamos extraprofesionalmente igual te digo como me llamo. Por el momento debemos hacerlo así.

No me pongo triste porque se vayan las putas extranjeras, me pongo triste por algunos conocidos que han ido cogiendo cierta costumbre y talento a la hora de tratar con este tipo de oferta. Pero supongo que los que tengan interés volverán a coger soltura con el producto nacional, aunque no digan mialma, mimomia o molleamos. Supongo que además ni el color ni la forma de hablar son requisitos importantes.