La salsa habla en español

Escuchar salsa es una afición saludable y muy «de agradecer». Estos artistas no tienen complejos por cantar en español, el único idioma comprensible para nosotros, y cuyas letras nos emocionan, o nos divierten, o nos enseñan. Pero aún es mejor disfrutar en vídeo-imagen de sus recitales, donde esa apariencia de gente normal, alejada de ciertas poses innecesarias, transmite buenas vibraciones. ¡Qué fácil lo hacen! Al final uno se queda con la moral por las nubes, pensando que «si ellos pueden, yo también».

Para ilustrar este texto he seleccionado del portal Youtube un vídeo del trombonista Zaperoko y su banda de puerto-riqueños. ¡Qué nivel!

Podéis conocer una biografía suya en esta web:
http://www.prpop.org/biografias/t_bios/truco_y_zaperoko.shtml.

Y disponéis de más info en el siguiente blog:
http://salsa-latin-music.blogspot.com/search/label/Zaperoko.

Hablar las cosas

Estoy preocupado por mi amigo Don Tenorio. Hace unos días le ví mientras paseaba pensativo. Iba mirando para todos los lados hasta que nos cruzamos la vista y me reconoció.

—¿Qué tal te va la vida?— Pregunté.

... Y empezó a divagar...

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En ocasiones me siento como un cerdo cuando encuentra una trufa sin que se entere «el amo». Hoy, a propósito de uno de mis despropósitos, alguien me dijo amargamente: «a mí me gusta hablar las cosas».

En cuanto di oídos a esa frase fetiche, pensé que me había tocado el premio de un «Rasca y gana», pues me encanta «hablar las cosas». Ello se convierte en un foro absurdo que me da la oportunidad de testear sin comedimiento mentiras de las gordas con escuchantes encorajinados, antes de darles uso [a tales trolas] en la vida cotidiana. Normalmente, cuando alguien quiere «hablar las cosas» conmigo, en realidad desea imponerme su cosmovisión [lo que suele ser un coñazo] para finalmente decirme no un adiós, sino un «hasta nunca».

Muchísimas «amistades superficiales», así como posibles romances pasajeros se han malogrado por mi soberbia y todavía hoy «me la pela».

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—Pues si te la pela a ti, imagínate a los demás, querido Don. Sé feliz y no pienses en «terceros».

Guerra a Marruecos

Si los Reyes Católicos levantasen la cabeza...

La morisma me confunde. Acabo de leer un notición que me ha puesto a vivir. Resulta que un moro llamado Abbas el Fassi no quiere que un español (el pesado de Rajoy) vaya de pocholeo por Melilla. ¿Qué se cree que es este desgraciado chimpancé mahometano? ¿Tenemos que pedir permiso a su dios falso «Alá» para pasear por el jardín de nuestra casa?

No debemos hablar con los moros de tú a tú, porque no sabemos.

Por favor, señor Zapatero, sáquelos de mi vista.

Sexplotación catódica.

Si hasta sabe medir. Eso parecen 20 cm

Esta chicarrona se llama Inés Sainz, y se coló en el vestuario masculino de un equipo de fútbol americano empujando la puerta con las tetas. Luego se sintió un poco incómoda, pero como vive de ello no pasa nada.

Por lo que se ve, TV Azteca también recurre a la sexplotación de sus empleadas para mantener a una audiencia tan degenerada como la española, a la que le importa un bledo lo que se cuente por la tele mientras la entrevistadora sea Pilar Rubio o alguna de sus émulas.

Lo llamativo del fenómeno es que ya no salen chicas guapas únicamente haciendo de florero en concursos como el «El precio justo», «¡Ay, qué calor!» o el mítico «1, 2, 3». Ahora les adjudican papeles principales en telediarios y programas de todo tipo, en los que es difícil encontrar mujeres feas o muy feas haciendo de periodistas (Sara Carbonero, etc.). ¡Hasta para decirnos el tiempo tienen que estar buenas! Sólo quedan espantajos en programas de cotilleo, debido al deplorable gusto de su «target».

Como vemos a veces, cuando pasan mucho tiempo sin utilizar las rodilleras olvidan por qué están donde están y se hacen las dignas. Ni caso.

Homenaje universitario a la Patrona de Asturias

No te preocupes, todavía hay quien te venera aunque no vaya a misa.

El hostigamiento a «la gente normal» ya llega hasta los nombres de pila. No hace mucho me contaron que un profesor universitario había escuchado una conversación de pasillo entre 2 lumbreras (se sobreentiende que se trataba de mujeres, pues si fueran hombres habría escrito «lumbreros»), y se llevó un susto. Decían esto:

—¿[...] Covadonga?
—Sí, tía.
—¡Jo! Qué nombre tan raro, ¿no?
—Ya, tía, pero a mí el que me parece súper-raro es Paloma.
—¡¡Vayaaaaaa!!

Éstas son las consecuencias de la contaminación de un censo infestado de nombres impresentables, por culpa de unos padres que en su día quisieron dar la nota bautizando a sus niños con nombres de perro como Andrew, Kevin, etc.